Las vendedoras de la zona vieja de Delhi se acoplan en el suelo de cualquier calle. Sentadas ajenas a lo que ocurre a su alrededor ofrecen sus mercancías a cualquier transeúnte que pase. En realidad, si reparas en ellas -que lo harás porque a veces se colocan literalmente en medio del paso- parece como si simplemente se hubieran posada sobre el asfalto para pasar el tiempo. No corean sus mercancías, no llaman la atención de los peatones, simplemente, dejan pasar la vida.
Con frecuencia se afanan en la realización de ofrendas religiosas. Entre frutas, verduras y especias, podrás encontrar collares de crisantemos dispuestos para llevar a cualquier altar o simplemente colocar en el coche, bicicleta o rickshaws -las famosas bicicletas/taxis de la India-.
A punto de celebrar el Día de la Mujer Trabajadora, este es un pequeño homenaje a estas frágiles mujeres y fuertes supervivientes.
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