En el corazón del distrito de Chamartín se esconde, entre bloques de viviendas, un enorme jardín de olivos centenarios, madroños, jaras y adelfas. El Olivar de Castillejo es un tesoro desconocido que alberga, durante las tardes de verano, conciertos de música clásica. Este remanso de paz se convertirá en uno de los planes de verano de Madrid.
Dónde está y qué ofrece el Olivar de Castillejo
Se encuentra en la calle Menéndez Pidal nº 3, bis, a 5 minutos caminando de la calle Alberto Alcocer y a 10 del estadio Santiago Bernabeu. El recinto abre sus puertas de martes a sábados desde el 14 de junio al 14 de septiembre a las 19,15 h. Los conciertos, generalmente de música clásica, aunque también hay propuestas de jazz, bossa nova, blues,… dan comienzo a las 20:00 h y se prolongan hasta las 21:30h, con una pausa de unos 20 minutos.
La entrada para acceder a uno de los mejores planes de verano de Madrid cuesta 10 euros y no es numerada. Hay una capacidad para 250 personas y se llena cada noche por lo que te interesa acudir en cuanto se abren las puertas. Aunque el espacio es muy grande solo permiten el acceso a las personas que pueden permanecer sentadas durante la actuación.
Qué debes saber sobre este plan de música al aire libre en Madrid
El código de vestimenta es informal si bien a la entrada, los propietarios han dispuesto un cartel que reza «A todos nos gustan las normas básicas del vestir». No te olvides del abanico, especialmente en las tardes más calurosas. En los primeros momentos del espectáculo las temperaturas aún pueden ser altas y aunque estés en un jardín, el termómetro no da tregua en este espacio.
Está prohibido fumar.
Un plus de esta propuesta es que puedes compaginar escuchar música con tomarte una cerveza o un refresco. Normalmente, los asistentes toman algo antes del concierto pero es habitual levantarse durante la actuación, tanto para beber como para ir al baño. Las visitas al baño se incrementan tras el intermedio por lo que si puedes elegir, evita los asientos del lateral derecho del escenario, que son los que están junto a los aseos. Además, tras la pausa, en esta zona también puedes percibir el olor de los preparativos de la cena.
Después del concierto puedes tomar algo en un rincón muy recoleto que han habilitado con sofás de palés o, simplemente, pasear. Las cervezas y refrescos cuestan 3 euros. También existe un restaurante, que requiere reserva previa.
Si optas por cenar fuera del Olivar, puedes probar la última inauguración del barrio, La taberna del Quinqué. Imprescindibles sus croquetas de jamón y las rabas con aros de cebolla.
Los conciertos del Olivar de Castillejo son para vivirlos. Ni éste ni otros artículos, ni las fotos, les hacen justicia.
Puedes ver aquí la programación de conciertos de este verano en el Olivar.
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